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A continuación comparto un escrito de Frei Betto, teólogo de la liberación, en homenaje a Paulo Freire, gran amigo personal.
En él se desprenden los pilares para una educación avocada a la libertad: el diálogo con la naturaleza y cultura, la comprensión de sus interrelaciones, la importancia práctica del conocimiento, la conciencia de que el contexto del educando cambia la forma de educar.
Ivo vio la uva”, enseñaban los manuales de alfabetización. Pero el profesor Paulo Freire, con sus métodos de alfabetizar concientizando, hizo que adultos y niños en Brasil, en Guinea Bissau, en la India y en Nicaragua, descubriera que Ivo no vio sólo con sus ojos. Vio también con la mente y se preguntó si uva es naturaleza o cultura.
Ivo vio que la fruta no resulta
del trabajo humano. Es Creación, es naturaleza. Paulo Freire enseñó a Ivo que
sembrar uva es acción humana en la y sobre la naturaleza. Es la mano,
multiherramienta, despertando las potencialidades del fruto. Así como el propio
ser humano fue sembrado por la naturaleza en años y años de evolución del
Cosmos. Recoger la uva, triturarla, y transformarla en vino es cultura, señaló
Paulo Freire. El trabajo humaniza a la naturaleza, y al realizarlo, el hombre y
la mujer se humanizan. Trabajo que instaura el nudo de relaciones, la vida
social. Gracias al profesor, que inició su pedagogía revolucionaria con
trabajadores del Sesi de Pernambuco, Ivo también que la uva es recogida por
jornaleros que ganan poco, y comercializada por intermediarios que ganan mejor.
Ivo aprendió con Paulo, que aún sin saber leer, él no es una persona ignorante.
Antes de aprender las letras, Ivo sabía construir una casa, ladrillo a
ladrillo. El médico, el abogado o el dentista, con todo su estudio, no era
capaz de construir como Ivo. Paulo Freire enseñó a Ivo, que no existe nadie más
culto que otro, existen culturas paralelas, distintas, que se complementan en
la vida social.
Ivo vio la uva, y Paulo Freire le
mostró los racimos, la parra, la plantación entera. Enseñó a Ivo que la lectura
de un texto es tanto mejor comprendida cuanto más se inserta el texto en el
contexto del autor y del lector. Es de esa relación dialógica entre texto y
contexto, que Ivo extrae el pretexto para actuar. En el inicio y en el fin del
aprendizaje, es la praxis de Ivo lo que importa. Praxis-teoría-praxis, en un
proceso inductivo que vuelve al educando sujeto histórico.
Ivo vio la uva y no vio al ave
que, desde arriba, observa a la parra y no ve a la uva. Lo que ivo ve es
diferente de lo que ve el ave. Así Paulo Freire enseñó a Ivo un principio
fundamental de epistemología: la cabeza piensa donde los pies pisan. El mundo
desigual puede ser leído por la óptica del opresor, o por la óptica del
oprimido. Resulta una lectura tan diferente una de la otra como entre la visión
de Ptolomeo, al observar el sistema solar con los pies en la Tierra, y la de
Copérnico, al imaginarse con los pies en el Sol.
Ahora Ivo ve la uva, la parra, y
todas las relaciones sociales que hacen del fruto fiesta en el cálice del vino,
pero ya no ve a Paulo Freire, que se sumergió en el Amor en la mañana del 2 de
mayo de 1997. Nos deja una obra inestimable, y un testimonio admirable de
competencia y de coherencia.
Paulo debería, en la fecha en que
transvivenció, estar en Cuba, donde recibiría el título de Doctor Honoris Causa
de la Universidad de La Habana. Al sentir dolorido su corazón que tanto amó, me
pidió que yo fuese a representarlo. Con el pasaje marcado para Israel, no me
fue posible atenderlo. Con todo, antes de embarcar, fui a rezar con Nita, su mujer
y los hijos, en torno de su semblante tranquilo. Paulo estaba de cara a Dios.
Quién más que Freire?
ReplyDeleteUn grande! Un inspirador!